- [en] Statement by Julian Assange after One Year in Ecuadorian Embassy
- [es] Declaración de Julian Assange luego de un año en la Embajada del Ecuador
Ya ha transcurrido un año desde que llegué a esta Embajada buscando refugio de la persecución.
Como resultado de esa decisión, he podido trabajar relativamente a salvo del espionaje estadounidense.
Pero hoy, el calvario de Edward Snowden recién comienza.
Dos procesos peligrosos y fuera de control se han instalado en la última década, con fatales consecuencias para la democracia.
El secreto de Estado se ha propagado a una escala aterradora.
Simultáneamente, la privacidad humana ha sido secretamente erradicada.
Unas semanas atrás, Edward Snowden reveló la existencia de un programa en ejecución —que involucra a la administración Obama, a la comunidad de inteligencia y a las mayores corporaciones de servicios de internet— destinado a espiar al mundo entero.
Automáticamente fue imputado con cargos de espionaje por la administración Obama.
El Gobierno de los Estados Unidos espía a todos y cada uno de nosotros, pero es Edward Snowden quien ha sido imputado por espionaje, por habernos alertado.
Se está llegando a un punto en que el símbolo de distinción internacional y servicio a la humanidad ya no es más el Premio Nobel de la Paz, sino el procesamiento por espionaje por parte del Departamento de Justicia estadounidense.
Edward Snowden es el octavo denunciante acusado de espionaje bajo la administración de este Presidente.
El juicio mediático de Bradley Manning entra en su cuarta semana este lunes.
Luego de una sucesión de injusticias cometidas contra él, el Gobierno de los Estados Unidos está tratando de declararlo culpable de “colaborar con el enemigo”.
La palabra “traidor” se ha estado utilizando mucho últimamente.
¿Pero quién es realmente el traidor aquí?
¿Quién fue el que prometió a una generación “esperanza” y “cambio”, sólo para traicionar esas promesas con aciaga miseria y estancamiento?
¿Quién juró defender la constitución de los Estados Unidos, sólo para alimentar luego a la invisible bestia de las leyes secretas que la devora viva desde dentro?
¿Quién fue el que prometió presidir “la Administración más Transparente de la Historia”, sólo para aplastar un denunciante tras otro bajo el peso de los cargos de espionaje?
¿Quién combinó en su Ejecutivo los poderes de juez, jurado y ejecutor, y reclamó todo el planeta como su jurisdicción para ejercer esos poderes?
¿Quién se arroga el poder de espiar al planeta entero —a cada uno de nosotros— y cuando es atrapado in fraganti nos explica que “vamos a tener que elegir”?
¿Quién es esa persona?
Tengamos mucho cuidado con quién llamamos “traidor”.
Edward Snowden es uno de nosotros.
Bradley Manning es uno de nosotros.
Son jóvenes con formación técnica pertenecientes a la generación que Barack Obama traicionó.
Son la generación que creció con la internet y que fue formada por ella.
El Gobierno estadounidense siempre va a necesitar analistas de inteligencia y administradores de sistemas, y van a tener que contratarlos de entre los miembros de esta generación y de las que le seguirán.
Un día, esta generación conducirá la NSA, la CIA y el FBI.
Esto no es un fenómeno que vaya a desaparecer.
Esto es inevitable.
Y al intentar destruir a estos jóvenes que nos alertan imputándolos de espionaje, el Gobierno de los Estados Unidos está enfrentándose a toda una generación, y esa es una batalla que va a perder.
Este no es el modo de arreglar las cosas.
La única manera de arreglar las cosas es esta:
Cambien las políticas.
Dejen de espiar al mundo.
Eliminen las leyes secretas.
Cesen las detenciones de tiempo indefinido y sin juicio.
Dejen de asesinar personas.
Dejen de invadir otros países y de enviar jóvenes estadounidenses a matar y morir.
Detengan las ocupaciones y suspendan las guerras secretas.
Dejen de devorarse a los jóvenes: Edward Snowden, Barrett Brown, Jeremy Hammond, Aaron Swartz, Gottfrid Svartholm, Jacob Appelbaum y Bradley Manning.
La cargos contra Edward Snowden buscan intimidar a cualquier país que pueda considerar levantarse en defensa de sus derechos.
No hay que permitir que esa táctica funcione.
El esfuerzo por encontrarle asilo a Edward Snowden debe intensificarse.
¿Cuál será el país que tenga el valor de defenderlo y reconocerle su servicio a la humanidad?
Díganles a sus gobiernos que den un paso adelante.
Den un paso adelante y apoyen a Snowden.